Somos un grupo de estudiantes de derecho de la UNMDP que cada viernes concurrimos a la U.P XV de Batan, donde realizamos las tutorias de la única carrera dictada, abogacía.
Allí nos esperan nuestros compañeros, para resistir el encierro, la reja, la opresión, el abuso de poder, el estigma y crear al menos por unas horas un espacio de libertad, donde el derecho comience a concebirse como un herramienta de trasformación y cambio social.
Los diálogos y el intercambio reciproco de experiencias nos reconforta y nos llena de pilas para seguir construyendo la universidad en la cárcel.

lunes, 6 de junio de 2011

El lugar donde me encuentro



  En la sombra de la sociedad, ahí en ese costado donde no ves, pero conoces por que sabes de su existencia, se esconde un mundo no tan diferente. Una parte de la sociedad excluida por sus errores, por sus delitos.
          En ese mundo institucional que supuestamente mantiene el estado, esperan paciente de forma desesperante los que desean ser independientes, los que quieren caminar sin decir donde, los que anhelan vivir su propia vida y no la que quieren los demás. Ese lugar que según es de penitencia, es en donde vivo.
          Se lo que es afuera (la sociedad, la calle). La he caminado sin miedo aunque parezca un mundo fantasma… Lo digo por que todos somos ignorantes, no pensamos igual. aunque habitamos el mismo lugar no sabemos nada del que pasa por al lado. Ni cuantos mundos hay en el que vivimos, muchos comparten ideas otros ignoran problemas, cuantos buscan solución y quienes no tienen ni encuentran nada.
         La mente hace un clic, abrimos los ojos y observamos todo lo que pasa alrededor, nos damos cuenta que no queremos ser robot, ni que nos den ordenes. Tratamos de aprender para caminar por el mundo, no siendo fantasmas, sino mirando quien pasa por al lado, pidiendo que nos mire. Ayudar y enseñar, buscar la solución así no la encontremos nunca, pero vivir teniendo un referente, teniendo una vida y formar una familia.
       Quiero lo mismo que vos, un mundo diferente, un mundo mejor, donde podamos caminar como hermanos, ayudándonos unos a otros caritativa y progresivamente.
        En la sombra de la sociedad estoy escondido y no porque quiero sino porque ahí me pusieron. Mírame, escúchame, si podes ayúdame a hacer de este mundo un mundo mejor.                    
Angel Farias 

domingo, 30 de enero de 2011

Proyecto Educación en Contextos de Encierro

Hugo nos cuenta como fue la experiencia de realizar, en la secundaria, junto a sus compañeros un trabajo de campo con datos estadísticos muy interesantes de la situación carcelaria local. La investigación se convirtió en el primer puesto de la feria de ciencias que se realiza anualmente en la ciudad...  Todo un logro!




Cursando el primer año de la escuela secundaria, durante las clases de historia, surgió el tema de los motivos que nos habían traído a cada uno de nosotros, los alumnos, a esta situación de detención. Apareció entonces un pequeño patrón que mostraba que la mayoría de los más jóvenes provenían de clases de bajos recursos económicos, con padres con problemas comunes: falta de trabajo, separados, madres solteras, etc. Lo cual los fue llevando casi por decantación al mismo camino. La calle, la esquina, los vagos, la droga, el robo, la cárcel y, en muchos casos, el cementerio. Es así que decidimos ampliar el campo de análisis y nos propusimos recurrir a una encuesta de aproximadamente el 10% de la población teniendo en cuenta todos los pabellones y los diferentes sectores (Máxima y Media Seguridad, Pabellones evangelistas, etc). Además de una serie de preguntas de dos tipos. Las primeras eran los datos concretos de la persona y la segunda parte el por qué habiendo tantas posibilidades de aprendizaje los internos preferían volcarse a otras actividades. La primer conclusión a la que llegamos fue que a mayor educación, menos reincidencia y su contraparte, a menor nivel educativo, más delito. A partir de ahí realizamos un trabajo que fue presentado en la Feria de Ciencias que se lleva a cabo todos los años a nivel regional, provincial y nacional, obteniendo el 1er puesto.  Pero lo más significativo es que durante todo el tiempo, lo más importante fue la realización del trabajo y no el resultado, ya que el grupo logró tomar real conciencia de cuál es el verdadero problema detrás de la delincuencia y la famosa “Sensación de Inseguridad”: la falta de trabajo y educación son los principales motivos del notable crecimiento de la Población Penal en los últimos años, en los cuales se le dio prioridad a crear cárceles en lugar de Escuelas y fuentes de Trabajo.
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Acá no termina.

Acá no termina

Está todo oscuro, sé que tengo los ojos abiertos pero no logro ver nada. No sé donde estoy, mi corazón late desesperadamente y siento miedo, no sé por qué. Escucho ruidos de metales y el rechinar de una puerta, empiezan los gritos, mi corazón late más fuerte y el repentino silencio me hace sentir más miedo, quiero gritar pero por temor no puedo, siento golpes, gritos y llanto. No entiendo nada, no sé dónde estoy. Una luz diminuta entra por una pequeña rendija que separa la puerta del piso. Veo las sombras que se mueven alocadamente de un lado al otro de la luz.
Siento un golpe seco y fuerte, y una voz que dice: “Dale hijo de puta vo no sos piyo”, parece que una persona le pega a otra no se escucha su voz, solo su llanto. Parece que le siguen pegando pero no es uno, son muchos, más gritos y más llanto. Pareciera que lo están matando. Sigo escuchando pero ya no escucho. Toco mi rostro, está tibio e hinchado, siento mi sangre y el sudor que me hace arder las heridas. ¿Dónde estoy?
Recuerdo que íbamos a una reunión con un par de compañeros del colegio. Cuando llegamos, ya habían muchos esperando y discutí hondo sobre varios temas. “Somos estudiantes, somos el futuro y lo único que queremos es el bienestar, la comodidad, ¿cuántos le prestan más atención al frío que al profesor? ¿Cuántos compañeros que tienen una familia humilde se desmayan de hambre y no bajan los brazos por ser alguien y tener algo en la vida?” Después de escuchar estas palabras de un compañero, gritaron todos.
Corrimos al interior de la escuela y encadenamos las puertas. Todo era una locura. Muchos estaban nerviosos, no sabían ni por qué estaban haciendo lo que hacían, otros con las ideas claras dirigían a los distintos grupos. “Lo que hacemos lo hacemos para todos. Si el Gobierno no escucha por las buenas que lo haga por las malas”.
Un compañero tomó el teléfono y llamó a los medios de comunicación. Les comentó lo que estaba sucediendo. Muchos se querían ir, no querían meterse en problemas, pero había compañeros que no los dejaban porque ya era tarde para bajarse del colectivo. Por la ventana se veía la calle repleta de medios: la tele, la radio, periódicos y revistas. Los compañeros que eran los voceros del centro estudiantil manifestaron a los medios las causas de la medida y qué se pedía. Nadie del Ministerio de Educación puso la cara, solo mandaron a la policía. Éstos querían negociar, pero nadie quería hablar con ellos. Todo era un caos. Muchos estaban nerviosos hasta nos peleábamos  entre nosotros. La policía nos pedía que nos retiráramos pacíficamente o sino nos sacarían a la fuerza. “Acá no se mueve nadie hasta que no nos den una solución. Si ustedes quieren sacarnos no va a ser fácil, porque todo esto no es una pelotudez, nosotros les vamos a dar pelea.”
Querían entrar y sacarnos, empezaron a derribar la puerta. Les costó, pero lo lograron. Nos tiraron con bombas de humo, pero permanecíamos en nuestra posición. Nos defendíamos con todo lo que teníamos a mano, con decir que usamos hasta el asta de la bandera. Con ésta incluida parecía como si lucháramos por nuestra patria, por nuestra tierra, por lo que nos pertenece y nos quitan. En realidad, peleábamos por eso, por nuestros derechos. Seguían reprimiendo y nos superaron en armas y estrategias. Ya casi nos tenían reducidos, cuando ayudando un compañero, que estaba todo ensangrentado, sentí un fuerte golpe en la cabeza.
El lugar está oscuro y frío, no estoy muerto, el susurro de mi llanto me ahoga y mis lágrimas hacen arder mis heridas. Me doy cuenta de la realidad. Grito de impotencia y de ira. No sé qué pasará mañana, pero esto acá no termina.

Angel F.